Colombia
El artista barranquillero contó detalles inéditos de su niñez, su consolidación musical y el profundo cambio que vivió tras una experiencia cercana a la muerte.
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Creativa Digital
Fausto Chatella, conocido en los escenarios por su versatilidad y su estilo tropilatino, fue el invitado especial en ORO Podcast, donde habló sin filtros de su trayectoria, sus inicios humildes en el barrio San Felipe y los momentos difíciles que lo marcaron. La conversación dejó ver no solo al artista que se ha ganado Congos de Oro en varios géneros, sino también al hombre que aprendió a valorar la vida después de superar una dura prueba de salud.
Con la espontaneidad que lo caracteriza, Chatella recordó cómo desde niño mostró su talento en festivales escolares y cómo ese sueño se fue transformando en una carrera que hoy lo tiene recorriendo escenarios nacionales e internacionales. El artista confesó que el respaldo de su familia y la disciplina han sido claves para llegar al lugar que ocupa actualmente.
Durante la entrevista, Fausto relató que su primera etapa en la música estuvo marcada por ser corista de grandes figuras como Juan Carlos Coronel y Juan Piña, experiencias que le dieron disciplina y visión. En 2017, tras participar en un reality televisivo, decidió dar el salto definitivo como solista y desde entonces su carrera tomó fuerza en la escena tropical y popular.
El barranquillero explicó además el concepto de tropilatino, que reúne los ritmos nacidos del trópico como salsa, merengue, porro, cumbia, vallenato y hasta reguetón, propuesta que lo ha llevado a conquistar públicos diversos. Su versatilidad, aseguró, le permite ofrecer shows completos capaces de poner a bailar desde el más joven hasta el más adulto.
Uno de los momentos más emotivos de la charla fue cuando Chatella recordó los 18 días que permaneció en cuidados intensivos a causa de una complicación respiratoria. El artista confesó que esa experiencia lo transformó profundamente, llevándolo a valorar lo simple de la vida y a darle mayor prioridad a su familia.
Tras su recuperación, asegura que su misión es clara: usar la música para conectar corazones y llevar alegría, pero también transmitir mensajes de fe y gratitud. Hoy, más allá de los escenarios, Chatella se muestra como un hombre renovado, que abraza cada día como un regalo y que sigue apostándole a proyectos musicales que combinan tradición y modernidad.