Colombia
Una canción desencadenó una de las tensiones más sonadas en la historia del vallenato y enfrentó a dos grandes vocalistas del géneroa.
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Por: Erika Mesa Díaz
Creativa Digital
La carrera de Rafael Orozco estuvo marcada por el profesionalismo, pero también por episodios de tensión en la industria musical. Uno de los más recordados fue la disputa en torno a la canción 'Mi novia y mi pueblo', compuesta por Octavio Daza. El conflicto involucró directamente a Jorge Oñate, quien también la grabó bajo otro título: 'Figuras de amor'.
El caso fue más que una simple coincidencia de repertorio. Para Orozco, fue un asunto de respeto profesional y defensa de su trabajo artístico. Su reacción fue firme y reveladora de los valores que lo guiaban como artista.
La canción 'Mi novia y mi pueblo' fue grabada por el Binomio de Oro, con la voz de Orozco. Tiempo después, Jorge Oñate grabó la misma pieza bajo el nombre 'Figuras de amor', sin consultar ni al compositor ni a los intérpretes anteriores. Esto generó molestia en el entorno de Orozco; sobre todo, si se tiene en cuenta que Oñate ya tenía la costumbre de "adelantarse" a las grabaciones de otros.
En una entrevista, Rafael expresó su desacuerdo abiertamente. Consideró que Oñate estaba saboteando el trabajo ajeno, y que ese comportamiento afectaba la ética del oficio. “Él es un buen cantante, no necesita hacer esto para gustar”, afirmó.
Jessi Uribe revela divertido momento con una fan: “casi ni me da un besito”Más allá del disgusto por la situación puntual, Rafael Orozco dejó clara su postura sobre la competencia en el vallenato: debía haber respeto. Para él, la música era un oficio digno que debía ejercerse con profesionalismo y juego limpio.
El reclamo no se basaba en celos artísticos. Era una reacción a lo que él consideraba una falta de integridad en el medio. Orozco siempre buscó diferenciarse por la calidad y la honestidad de su trabajo, no por enfrentamientos ni polémicas.
La casa de los famosos Colombia: los participantes de la edición 2026, según la Negra CandelaPese a la controversia, Mi novia y mi pueblo se convirtió en uno de los temas más recordados del repertorio de Rafael Orozco. La voz con la que fue interpretada, su contexto emocional y el respaldo de su agrupación, la convirtieron en un clásico del vallenato romántico.
El episodio con Oñate quedó como una anécdota de los desafíos que enfrentó Orozco en su carrera. También fue un ejemplo de cómo defendía su arte sin caer en confrontaciones innecesarias, pero tampoco callar ante las injusticias.
Patricia Teherán, madre soltera y "culpable" de los "cachos" de los demásLa disputa por 'Mi novia y mi pueblo' reveló el carácter firme y ético de Rafael Orozco. No solo fue un gran cantante, sino un defensor del respeto en la música vallenata. Su legado no solo vive en canciones, sino también en los principios que defendió con valentía.