Colombia
El Carnaval de Barranquilla da un paso verde con un taller que une tradición local y escenografía.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
En el corazón de Barranquilla, el bullicio festivo del Carnaval se mezcla con técnicas ancestrales japonesas para dar vida a un sueño: un Carnaval más sostenible, consciente del medio ambiente y cargado de innovación.
El maestro Tomoaki Hasegawa, artista japonés experto en escenografía tradicional y contemporánea, llegó a la ciudad para compartir su conocimiento con los creadores de carrozas, escultores y estudiantes de arte. La meta: aprender juntos cómo transformar el arte callejero del Carnaval con materiales biodegradables, dejando atrás el icopor y apostando por técnicas más limpias.
El encuentro tiene nombre propio: “De Japón al Carnaval de Barranquilla: elementos escenográficos sostenibles”. Y más que un taller, es un acto de intercambio cultural, un puente entre dos países que comparten el respeto por el arte y la tradición.
La iniciativa forma parte del Plan de Descarbonización 2025, una estrategia del Carnaval de Barranquilla para reducir su huella ambiental. El objetivo no es menor: reemplazar materiales contaminantes por cartón y otras alternativas biodegradables que no comprometan la estética, pero sí protejan el planeta.
En el taller participan artistas carroceros, creativos del equipo del Carnaval, estudiantes del Sena, la EDA y Bellas Artes. Durante varios días construirán una macrofigura y otras piezas en cartón, aplicando las técnicas japonesas que el maestro Hasegawa ha perfeccionado durante años.
“Este taller es una muestra de que el compromiso con la sostenibilidad no tiene fronteras”, expresó Juan José Jaramillo, director de Carnaval de Barranquilla.
Este proyecto no surge de la nada. Hace parte de la conmemoración de los 110 años de la llegada del primer japonés al Atlántico, un hito que marcó el inicio de una historia de cooperación y afecto entre culturas.
La comunidad Nikkei del Atlántico, junto con la Corporación Cultural Sakae Doku, su directora Norie Sakae y el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), hicieron posible este encuentro.
Y es que si algo ha enseñado la historia del Carnaval es que siempre ha sido un espacio para la fusión, para el encuentro de saberes, ritmos y colores. Ahora, también lo es para pensar en el futuro y en el impacto ambiental de lo que se crea.
La visión de un Carnaval 365 no es solo una frase: es una apuesta por hacer del arte festivo algo que evoluciona, que se reinventa y que respeta el entorno.
Con este taller, Barranquilla no solo fortalece el talento de sus artistas, también demuestra que las tradiciones pueden adaptarse sin perder su esencia. Porque celebrar también es cuidar.
Y si alguna vez pensaste que el cartón no podía bailar, espera a ver lo que viene este viernes, cuando los participantes muestren al mundo lo que aprendieron: una nueva forma de hacer Carnaval, más liviana, más verde, más nuestra.