Colombia
La inolvidable celebración nupcial de la actriz estuvo marcada por cambios de atuendo, actividades inéditas y una organización que recuerda a una gran producción televisiva.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
La boda de Sara Corrales en Medellín se ubicó como uno de los eventos sociales más exclusivos del año en Colombia, pues la reconocida actriz, modelo y empresaria, que reside en México y construye una carrera internacional, eligió celebrar en su ciudad natal un enlace marcado por la ostentación.
El costo de la boda superó los 1.800 millones de pesos colombianos, alrededor de 470.000 dólares estadounidenses, según reveló la periodista Graciela Torres, conocida como Negra Candela, en una entrevista a Temprano es Más Bacano.
El círculo de 150 asistentes fue rigurosamente seleccionado, lo que transformó el encuentro en una ocasión íntima en la que se privilegiaron los vínculos familiares y amistosos más estrechos de Corrales y su esposo, el empresario argentino Damián Pasquini con actividades comerciales en México.
La Negra Candela narró a Temprano es Más Bacano diversas singularidades del evento, dado que la organización adoptó esquemas propios de producciones televisivas, extendiendo la celebración a lo largo de ocho días y utilizando transmisiones parciales a través de TikTok.
A juicio de la periodista, la recepción “fue tan extravagante toda esta ceremonia, esta puesta en escena, que la gente hacía cuentas y cuentas”.
Un detalle destacado fue la elección de los atuendos: Sara Corrales lució tres vestidos distintos, uno para cada momento relevante de la jornada, e instruyó a las invitadas a evitar estrictamente los colores de sus propios trajes.
Además, la ausencia de personalidades del mundo del espectáculo resultó evidente, dado que solo se registró la presencia de figuras como Carla Giraldo y Carlos Vargas, por lo que la Negra Candela enfatizó esa decisión: “A los miembros de la farándula no estuvo invitada sino la Lolita, Carla Giraldo... Carlos Vargas, que sí ha sido amigo de ella de toda la vida”.
La logística para el acceso de los invitados incluyó restricciones vehiculares, pues quienes arribaron temprano pudieron acercar sus autos a la entrada, mientras que los rezagados fueron conducidos a pie o en vehículos de servicio interno.
Sara Corrales trasladó a peluqueros y estilistas directamente desde México, reforzando la selectividad en cada aspecto de la celebración, pese a la magnitud del evento y a los acuerdos comerciales, la Negra Candela aclaró que “no todo estaba patrocinado, que algunas cosas sí, pero botó la casa por la ventana”¨.
Uno de los momentos más curiosos de la noche ocurrió al despedir a los invitados: recibieron la invitación a sacar un papelito de una caja, que indicaba el obsequio recibido, entre los que figuraron electrodomésticos como ollas arroceras o sartenes.
Sobre la boda, la Negra Candela concluyó: “La verdad es que en este momento le están cayendo cualquier cantidad de críticas porque esta boda fue planeada como un programa de televisión”.