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El icónico cantautor y director de orquesta dominicano, ha dejado una huella imborrable en la historia de la música latina. Su talento, carisma y pasión por el merengue lo han convertido en una figura legendaria, reconocida a nivel internacional.
Nacido en Altamira, República Dominicana, Vargas comenzó su formación musical desde temprana edad, demostrando un talento innato para la música.
Su carrera profesional despegó en la década de los 70 con la creación de su propia agrupación musical, Wilfrido Vargas y sus Beduinos. Con esta orquesta, grabó su primer álbum en 1972 y comenzó a conquistar el corazón del público dominicano con su ritmo contagioso y su voz inconfundible.
A lo largo de su trayectoria, Vargas ha sido pionero en la internacionalización del merengue, llevando el ritmo caribeño a los rincones más remotos del mundo. Su música ha trascendido fronteras y ha unido a personas de diversas culturas en la pista de baile.
A los 10 años ingresó a la Academia Municipal de Música, donde perfeccionó sus habilidades en instrumentos como la viola y la trompeta.
Estando allí, Vargas ganó sus primeros pesos gracias a sus dotes musicales.
“Cuando yo empecé a tocar trompeta me metieron a la banda municipal de música de trompeta… me dieron 5 pesos”, cuenta Wilfrido.
La anécdota que refiere el cantante data del año 1959, ese mismo año, un circo se interesó en Wilfrido Vargas para que hiciera una intervención en la apertura del show, pero su mamá se opuso y le consiguió un trabajo de cartero, en donde se ganaría de 25 a 30 pesos dominicanos, monto que, para aquella época era bastante alto, y según asegura Vargas “ya yo era millonario… yo era como un Donald Trump”.
Actualmente, 25 pesos dominicanos equivalen a 1.694 pesos colombianos; 30 pesos dominicanos equivalen a 2,033 pesos colombianos, cifras que, para la época de 1959, era bastante alta y permitía la adquisición a muchas comodidades.
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