Colombia
En entrevista con Jorge Cura, el artista reveló cómo fue su comienzo musical y por qué tardó en conectar con Javier Fernández Maestre.
Publicado:
Creativa Digital
En una reciente entrevista con el periodista Jorge Cura, el cantante Silvestre Dangond revivió uno de los momentos más significativos de su carrera: la primera vez que escuchó su álbum sonando en Olímpica Stereo. El relato, cargado de recuerdos personales, incluyó detalles sobre cómo mantuvo en secreto su proyecto musical, el impacto que tuvo en su familia y su experiencia al llegar a Valledupar justo el día del lanzamiento.
Silvestre contó que nunca le mostró a su familia lo que estaba haciendo, y que tras retirarse de la universidad, sentía que les había incumplido. Esperó hasta tener el disco físico en sus manos para presentárselos. Esa noche, cerca de las 11:30, los despertó para ponerles su primer álbum. Hubo lágrimas y abrazos, pero al día siguiente ya debía viajar a Valledupar a continuar su camino musical.
El artista relató que llegó solo a Valledupar, sin recibimiento ni cámaras, a bordo de un vuelo comercial de la extinta aerolínea SAM. En el taxi que lo recogió, le pidió al conductor que pusiera Olímpica Stereo. En ese momento, casualmente, sonaba una de sus canciones. "Comencé a llorar y el man iba manejando y me iba viendo, y yo llorando, y le decía: oiga, el que canta ese soy yo", recordó Silvestre.
Ese episodio marcó un punto de quiebre emocional para el artista, pues fue la primera vez que escuchó su música en una emisora. Actualmente, Olímpica Stereo Valledupar es dirigida por Javier Fernández Maestre, figura clave del vallenato radial y quien también participó en la entrevista.
Durante la conversación, Silvestre habló abiertamente sobre la relación que tuvo en sus inicios con Javier Fernández Maestre. Admitió que, en ese entonces, no lograba dimensionar la importancia del rol que Fernández cumplía en su carrera. Aunque había más cercanía con Carlos Blum, su mánager en ese momento, él mismo reconoció que con Javier no tenía la misma conexión.
“Yo pienso que era muy inmaduro, tenía 22 años. Con el tiempo entendí lo que Javier representaba para mí”, dijo. Años después, al comprender su aporte en ese primer impulso artístico, Silvestre lo buscó, lo abrazó y le agradeció personalmente.