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Lo conozco, pero… ¿cómo se llama? Olvidar nombres es más común de lo que crees y no siempre indica mala memoria. Descubre la ciencia detrás de este fenómeno.
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Por: Equipo de redacción
Estás caminando por la calle y, de pronto, alguien te saluda con entusiasmo. Su cara te resulta familiar, incluso sabes dónde lo conociste… pero su nombre ha desaparecido de tu memoria. Este escenario, tan común como frustrante, dice más de nuestro cerebro de lo que imaginamos.
Olvidar nombres propios no es un fallo extraño. Según investigaciones recientes, podría deberse a cómo nuestro sistema cognitivo prioriza la información y la forma en que procesamos los rostros versus los nombres. Mientras los rostros se vinculan a emociones y contextos, los nombres son etiquetas sin mucho sentido para el cerebro, y por eso son más fáciles de olvidar.
Un estudio realizado por académicos en la Universidad de Lancaster, en Inglaterra, reveló que identificar a una persona toma en promedio unos diez segundos. Este proceso involucra la activación de varias “unidades de reconocimiento” que deben conectarse con el sistema cognitivo para hacer clic en nuestra mente.
Durante el experimento, 22 personas interactuaron entre sí durante siete semanas. El resultado fue sorprendente: cometieron 922 errores al intentar identificar a sus compañeros. El análisis concluyó que no solo se trata de mala memoria, sino de cómo nuestro cerebro necesita tiempo y contexto para activar ciertos recuerdos.
Los expertos ofrecen algunas estrategias para reforzar la memoria y evitar esos silencios incómodos en medio de una conversación:
No necesariamente. Este tipo de olvido no suele ser señal de un problema de memoria profundo. De hecho, el fenómeno de tener un nombre “en la punta de la lengua” es una muestra de que la información está almacenada, pero no está accesible en ese momento.
El olvido también puede reflejar nuestra manera de priorizar las relaciones: recordamos con más facilidad los nombres de quienes nos generan una conexión emocional, y menos a quienes solo cruzaron fugazmente nuestro camino.