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El artista sorprendió al confesar que fue una exnovia y el dolor de una relación tormentosa lo que inspiró la letra y el concepto detrás de su nueva canción.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Pipe Bueno sorprendió a sus seguidores al compartir detalles personales que dieron origen a su más reciente éxito, Noveno piso.
En un video publicado en redes sociales, el artista habló abiertamente sobre una dolorosa experiencia amorosa que lo llevó a explorar los límites del despecho, el aprendizaje personal y la transformación hacia una etapa de mayor estabilidad emocional.
Durante la grabación, Pipe Bueno relató que la inspiración para Noveno piso provino de una relación previamente vivida, marcada por el intercambio de emociones intensas y situaciones que desencadenaron su “peor versión”.
“Esta canción me recuerda a una exnovia que tuve que sacó la peor versión de mí, pero no le voy a echar la culpa a ella, yo ya estaba muy grande para saber qué estaba haciendo. El tema es que a los amores tóxicos siempre hay que agradecerles porque hacen que uno sepa después qué quiere y qué no quiere en su vida, también le enseñan a uno a amar bonito… entonces hay que pasar por una tormenta para que después venga la calma”, confesó el cantante en un video que publicó en su cuenta de Instagram.
La revelación generó numerosas reacciones entre sus seguidores, quienes se vieron reflejados en la honestidad del intérprete frente a los efectos de los vínculos tóxicos y la importancia de los procesos de sanación.
El artista profundizó sobre el concepto detrás de Noveno piso, descrito como una travesía a través de “los nueve pisos del desamor”.
Cada piso representa una etapa emocional distinta que muchas personas atraviesan tras el fin de una relación significativa: “El despecho tiene niveles y yo les llamo los nueve pisos del desamor”, explicó Pipe Bueno.
Desde la negación inicial y la vigilancia en redes sociales, pasando por la tristeza, el autoengaño y los impulsos de contacto bajo los efectos del alcohol, hasta llegar a la reconstrucción de la autoestima y, finalmente, la catarsis y el renacimiento personal.
Según el relato de Pipe Bueno, estos momentos van escalando en intensidad: “Después del sexto piso, cuando uno ya está tomadito, llamas a esta persona a las tres, cuatro de la mañana, sin plan, sin un por qué... Esto se va poniendo cada vez más emocionante. El séptimo piso es como dos horas después, y ya ahora, ya recuperas una dignidad falsa”.
La lírica de Noveno piso es reflejo de esta experiencia y aprendizaje vital. El estribillo expresa el profundo dolor de la ruptura, la lucha interna con las emociones y la decisión de seguir adelante a pesar del sufrimiento.
“Fuimos algo breve, algo mágico según y ahora solo somos dos extraños con recuerdos en común, me aventé desde el noveno piso, sobreviví a un amor tóxico, cegado y enfermizo”.
La melodía se sostiene en el despecho como motor de transformación, en la superación de una relación nociva para volver a encontrar la propia identidad y, a través de la experiencia, establecer vínculos más sanos en el futuro: “Hay que pasar por una puta tormenta para que después venga la calma, tiene que haber oscuridad para que haya luz, y uno le tiene que agradecer a esos amores porque edifican”, afirmó el cantante, subrayando que los momentos difíciles fortalecen y ayudan a definir lo que uno busca en una relación.
Lejos de los episodios marcados por la inestabilidad emocional, Pipe Bueno está en una de sus etapas más serenas, consolidando una vida familiar junto a Luisa Fernanda W y sus dos hijos.
Hoy, el artista proyecta una imagen de plenitud y cercanía, resultado de haber transformado el dolor en crecimiento y de aprender a “amar bonito”, como él mismo lo describe ante sus seguidores.